Hagamos de la Eficiencia Energética una filosofía de trabajo para mejorar de forma continua los rendimientos de las instalaciones térmicas, promoviendo hábitos de consumo razonables, explotando las instalaciones dentro de unos valores de confort y habitabilidad, realizando un mantenimiento preventivo eficaz, proponiendo mejoras que provocen una disminución progresiva del consumo energético, de tal manera que las instaciones funcionen de un modo seguro, reduciendo sus emisiones contaminantes al medio ambiente, y mejorando la calidad del aire exterior, y consecuentemente, el aire interior de los recintos habitados. En nuestras manos está tanto nuestro futuro como el de las próximas generaciones. Trabajemos de un modo colectivo, e individual, para mejorar el medioambiente, pues hasta las pequeñas decisiones de cada usuario de una instalación, provoca una suma de grandes esfuerzos colectivos en favor de un mejor medioambiente.