No cabe duda que los tiempos pasados no volverán, tal y como los conocimos, y hemos de prepararnos para un nuevo horizonte, el horizonte de la Eficiencia Energética. Es indudable que estamos con un presente económico difícil, pero tenemos ante nosotros un futuro tecnológico muy distinto y ciertamente prometedor. Quizás ha llegado el momento de dejar de mirar atrás y empezar a mirar hacia delante.
Las necesidades energéticas nacionales, y familiares, no pueden permitir el derroche energético actual, además hemos de tener en cuenta el crecimiento demográfico y la pasada bonanza económica ha creado una cultura de gasto y despilfarro energético progresivo que nos va a costar erradicar.
Vivimos en un país que no tiene yacimientos de petróleo, ni de gas natural, etc. Por tanto somos un país dependiente de otros energéticamente. Estamos acostumbrados a ver como los países que controlan la energía alteran los precios de la misma por motivos políticos, guerras, etc. Debemos comenzar a explotar nuestros recursos que son amplios y variados, ello además aumenta la riqueza nacional, y fomenta la creación de puestos de trabajo.
La Reglamentación va a cambiar en este sentido de tal modo que nos acerquemos hacia el autoconsumo. Las Directivas Europeas están publicadas y es cuestión de tiempo su trasposición a la Normativa Nacional.
En cualquier caso, no debemos esperar a estos cambios normativos, sino que debemos comenzar a realizar cambios en nuestras empresas, ingenierías, diseños, formación, etc, para no adaptarnos demasiado tarde a las novedades tecnológicas.
No es una sola la tecnología a aplicar: biomasa, aerotermia, fotovoltaica, etc. Sino que deberemos aplicar distintas tecnologías adaptadas a las necesidades energéticas, tipología y configuración de las viviendas, instalaciones agropecuarias, industria, locales comerciales, etc.
Leyendo y escuchando a diversos asesores de innovación, enseguida te das cuenta que no existe una receta para que las empresas instaladoras y estudios técnicos salgan de la situación de baja actividad actual.
Pero observando nuestro tejido de servicios se comprueba que está formado por pymes y autónomos, principalmente. Las cuales tiene una gran ventaja: Tienen VALOR para el cliente, o sea, credibilidad, y sus clientes los ven como profesionales del diseño, instalación y mantenimiento honestos. Por tanto, tendrán gran facilidad de demostrar que no hay más alternativa en las instalaciones que la Eficiencia. Ya todo el mundo mira el consumo de un vehículo, pues hagamos ver que no todos los productos consumen la misma energía, ni todos los sistemas son igual de eficientes, hagamos ver la diferencia. Primeramente debemos creernos nosotros mismos la eficiencia, sino es imposible venderla.
- Ser receptivo a los cambios que se avecinan, a las tecnologías. Formarse correctamente y estar siempre con conocimientos y habilidades para desarrollar cualquier nueva tecnología.
- Observar el mercado, y sobre todo, al cliente, conversar, ver sus necesidades, qué nuevos servicios podemos ofrecer.
- Reflexionar. Indudablemente el camino que emprendamos no dará frutos a corto plazo.
- Innovar y ofrecer nuevos servicios, sistemas que consumen menos energía, aprovechar nuevas fuentes de energía:
b. Aerotérmia. Bombas de calor aire/agua en general.
c. Microcogeneración.
d. Biomasa.
e. Energía Solar Térmica para ACS, y como apoyo para calefacción.
f. Biodiesel.
g. Instalaciones híbridas que combinan varios fuentes energéticas y con una correcta regulación, en función de parámetros ambientales, coste de la energía, y necesidades, eligen la fuente energética que utilizará el sistema para cubrir la demanda con el menor coste energético.
h. Energía Eólica + Fotovoltaica.
i. Etcétera.
Esta variada oferta tecológica y energética obliga a colaborar en distintos ámbitos:
Empresas comercializadoras & Empresas Instaladoras.
Estudios de Arquitectura & Estudios de Ingeniería.
Diseñadores & Instaladores.
Proveedores de nuevas técnologías & Estudios técnicos.
Centros de formación y/o ingeniería & Profesionales cualificados.
Etcétera.
Las empresas y estudios técnicos han de actuar coordinadamente, buscando cómplices en su nueva oferta de servicios, colaborando con otros agentes de la edificación, y , ofreciéndoles mejoras energéticas que provoquen un ahorro en las instalaciones con honestidad y transparencia, generando un valor para sus clientes, pues no podemos simplemente vender un producto, y utilizar al cliente como un mero instrumento en la cadena de comercialización de productos.
Los técnicos y las pymes tienen una oportunidad de innovar en el amplio horizonte que nos ofrece la Eficiencia Energética.
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