Periódicamente recibimos llamadas
telefónicas de las diferentes compañías eléctricas, de gas, de
telecomunicaciones, etc.
Yo me pregunto cómo han obtenido
mi número de teléfono y mis datos, así como de donde sacan el derecho a
interrumpirme siempre durante la hora de la comida. Supongo que la LOPD es
simplemente una mandanga que sirve de soporte legal a esos tiburones que
merodean por las zonas de bañistas.
Pero esta vez la llamada era
diferente, se trataba de mi propia compañía eléctrica.
Muy amablemente una señorita me
indica que merced a la liberalización del mercado eléctrico, mi propia
compañía, la de siempre, en la que yo tengo plena confianza (y eso me lo
recalca), está dispuesta a ofrecerme un 6% de descuento en mi consumo
eléctrico.
Así, sin más no tengo que hacer
ningún cambio de compañía ni de nada de nada, simplemente veré como en mi
próxima factura se ve reflejado dicho descuento.
Y sólo le falta decir: “Blanco y
en botella, leche”. Así que la autorizo a que proceda con el descuento.
Soy un hombre feliz, una de las
incordiantes llamadas ha sido fructífera y factura a factura compruebo como
efectivamente se me aplica el prometido descuento del 6%.
Así van pasando los días, sigo
recibiendo llamadas de diferentes compañías que me ofrecen descuentos y
servicios adicionales sin coste alguno, pero yo ya tengo mi descuento, así que
he desarrollado mi propia defensa:
Ante la llamada les invito a
contactar con mi departamento particular de servicios y telecomunicaciones, así
que les indico que llamen al 905-05.05.05 y pregunten por mi asesor personal, Miguel
de Cervantes.
No falla, amablemente toman los
datos que les he facilitado y se despiden cordialmente indicando que
contactarán con el señor Cervantes. ¡Bendito sea el inventor de los call
center!
Hoy he hablado con uno de mis
compañeros del colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Madrid. Con
orgullo le he mencionado el descuento que me ofrece mi compañía y se lo he
demostrado mediante una de mis últimas facturas.
Me indica que el descuento es
cierto, pero que me la han jugado y además bien jugada.
Mi compañía la que consiguió con
su llamada fue hacerme un cambio de contrato desde el mercado regulado en el
cual estaba hasta el mercado libre en el que estoy ahora. Tengo descuento pero
sobre un precio que normalmente es más caro.
Y para demostrarlo me hace el cálculo de mi factura si hubiese mantenido mi antigua tarifa: Por lo mismo hubiese pagado 145,37 €, frente a los 150,72 € que he pagado. He pagado unos 5 euros de más por aproximadamente un mes, así que según mis cálculos son unos 60 euros anuales.
Y ahora que lo pienso, mi
compañía tiene millones de clientes como yo a los que presumiblemente habrá
llamado y engatusado para cambiarles la tarifa, sacaré la calculadora y citaré a
don Miguel: “Dad crédito a las obras y no a las palabras”.
Emilio Carrasco Sánchez.
INGENIERO TÉCNICO INDUSTRIAL.
Colegiado número 22807
Colegio Oficial de Ingenieros
Téc. Industriales de Madrid.
Autor del curso:
“Interpretación y optimización de facturas eléctricas. Eficiencia en el
suministro de energía”.
info@emiliocarrasco.com
www.emiliocarrasco.com
El artículo expuesto hoy en el Blog ha sido realizado por Emilio, colaborador de FORMATEC, y amigo. Va a impartir en breve (a la vuelta de Semana Santa) un curso presencial de 60 horas gratuito, organizado por FOREM, y subvencionado por la JCCM. Si te interesa apuntarte al mismo o bien informarte puedes hacerlo, haciendo click aquí, o bien llamando a FOREM al 967243561.
Os lo recomiendo.
Javier Ponce.
FORMATEC
info@emiliocarrasco.com
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